1ª parte. Storyboard de las secuencias de interacción de la app
Muestra de los estilos de interacción (voluntario):
2ª parte. Bocetado o sketching básico de la app de videocomunicación
Espacio Personal
Muestra de los estilos de interacción (voluntario):
¡Hola!
Para esta práctica he escogido el lápiz como objeto físico cotidiano no tecnológico que utilizo habitualmente. Teniendo en cuenta la diversidad de escenarios habituales en los que puede ser utilizado este artefacto (contexto educativo, contexto laboral, ocio en papel, cosmética, arte y otros usos creativos), la interacción con cualquier tipo de lápiz sugiere un affordance perceptible, siendo oculto sólo para aquellos que aún no han aprendido a escribir o los que se han desarrollado apartados de la sociedad (niños pequeños, salvajes o chimpancés). Esto se debe a que, sea cual sea la tipología del lápiz, constituye un objeto que cumple con una serie de características comunes que permiten adivinar su uso y funcionamiento una vez se aprende su significado; independientemente de su finalidad, sus principales componentes son:
Algunos lápices, especialmente los que se utilizan para escribir, dibujar o para el ocio en papel, incorporan un tercer componente, la goma, situada en el extremo opuesto al que sirve para escribir o dibujar.
Mi propuesta de diseño parte de una mejora del lápiz gracias a la intervención de la tecnología, con un añadido de nuevos elementos que permiten interactuar digitalmente con él.
¡Hola!
Dejo por aquí mi propuesta de valor.
Lista de mejoras:
Para esta parte de la actividad se ha escogido la versión móvil de una noticia concreta del periódico La Voz de Galicia:
La elaboración del siguiente wireframe se ha realizado con el programa Justinmind. Como se puede apreciar en el prototipo y en la muestra de extensión de la pantalla, la interfaz es simple e intuitiva. Al tratarse de una versión móvil, destaca la distribución del contenido de la noticia en bloques con una alineación del texto a la izquierda, así como el uso de contenido gráfico en imágenes e iconos. Estos tres constituyen los factores principales que caracterizan este diseño digital:
El recorrido que he escogido forma parte de mi rutina de todos los sábados por la mañana: al despertarme, reservo a través de la aplicación móvil de mi gimnasio una plaza para una de las actividades dirigidas; después de desayunar, voy al gimnasio, hago la clase y, al salir, voy al supermercado.
Teniendo en cuenta los aspectos a observar, necesito destacar, en cuanto al contexto de uso, que todas las actividades las he realizado sola, en entornos tranquilos donde no suele haber mucha gente (en total, en todo el proceso me han rodeado unas 10 personas aproximadamente); no me he encontrado con ningún tipo de interrupción, variación o problema, aunque menciono algunos inconvenientes con los que me he encontrado alguna vez; en referencia al uso de dispositivos, he tenido acceso a internet en todo momento con buena conexión, he trabajado principalmente con dos objetos (el teléfono, siempre a mano, y la tarjeta de pago) y una aplicación móvil (Vivagym).
Para esta actividad he seleccionado los sistemas de interacción que he considerado más complejos:
Para representar los distintos sistemas de interacción, he recurrido a diferentes tipos de material gráfico: fotografías, scribble sketching y vídeos.
3.1 – Hacer la reserva
Para reservar mi plaza en las actividades dirigidas del gimnasio, comienzo entrando en la aplicación móvil Vivagym. Como se puede observar en la imagen, la interfaz es bastante intuitiva y fácil de utilizar: automáticamente se abre por la página de inicio, representada en el panel inferior con el icono típico de una casita:
En esta, la lectura visual respeta el orden de los elementos más importantes, desde arriba (el código QR personal para poder entrar en la instalación), hacia abajo (seguido de la entrada “Haz tu reserva”, y, más abajo, de distintas opciones como planes de entrenamiento, el contacto de entrenadores personales, ejercicios para hacer deporte en casa y recetas saludables, para quien quiera darles uso).
Esta distribución es muy cómoda, ya que el elemento superior (el código QR) es necesario, imprescindible y utilizado para todo aquel que es miembro del Vivagym; la opción de reserva, actualmente, es exclusiva para las actividades dirigidas, pero hasta hace unos meses, a raíz del COVID y el aforo limitado, se debía reservar plaza también para la Sala Fitness; el resto, son opciones que menos gente utilizará, de modo que es adecuado que se encuentren en la parte inferior y en un tamaño más reducido.
Al seleccionar “Haz tu reserva” el sistema te dirige a la interfaz donde, en su día, tenías la opción de escoger si querías reservar plaza en una actividad dirigida o en la Sala Fitness. Ahora, al no haber aforo limitado, sólo aparece la opción de actividades dirigidas:
Al seleccionarla, aparece el calendario semanal con las distintas clases de cada día, con sus respectivos horarios y el número de plazas totales y disponibles. Como se puede apreciar en el panel inferior, también se puede acceder a Reservas apretando el tercer icono, que sugiere un bloc de notas:
Siempre aparece por defecto el día actual, por lo que si se quiere reservar para el día siguiente (sólo se puede reservar con 24h de antelación), hay que seleccionar el día en el panel de arriba con las iniciales de cada día de la semana. En mi caso, es sábado, así que me mantengo en “S” y selecciono la clase a la que quiero asistir:
Como se puede ver, en la interfaz aparece una breve descripción de la actividad para quien que no la conozca, y se indica de nuevo el número de plazas disponibles. Para proceder a la reserva, solo hay que apretar el botón inferior naranja y listo:
Finalmente, se puede comprobar cómo en la página de inicio aparece la reserva justo debajo de la sección correspondiente “Haz tu reserva”, con la opción de cancelar de inmediato en caso de, finalmente, no poder asistir:
3.2 – Escanear el código QR personal
Mi gimnasio tiene un sistema de control de acceso, administración y gestión donde se debe presentar el código QR personal para poder entrar en la instalación:
Como he explicado antes, el código QR personal se encuentra en la página de inicio de la aplicación móvil, en la parte superior, bien visual y fácil de identificar gracias al icono representativo. Para acceder a él, simplemente hay que tocar ese icono:
El control de acceso está compuesto por dos máquinas que, en su superficie, tienen una pequeña pantalla no táctil en la que se puede leer “Escanea tu QR para acceder”. Hay que situar el QR delante de un sensor que se encuentra justo en la parte frontal de dicha máquina, y cuando este lo lee, la pantall cambia su mensaje a “Entrada permitida”, desbloqueando el control de acceso:
Sin embargo, aquí se presentan dos “problemas”: por un lado, el lector queda relativamente escondido y, a veces, puede confundirse con el sensor de huella dactilar, situado entre la superficie y el lector del código QR. Además, hay que tener en cuenta el brillo de la pantalla del móvil y la distancia a la que se pone el teléfono del lector, ya que muchas veces este no lo detecta bien y el código QR caduca. Cuando esto sucede, aparece otro texto en la pantalla superficial indicando “Actualizar código QR”. En este caso, en la interfaz móvil, hay que apretar “Generar nuevo QR”. Esto, muchas veces, entorpece el proceso de entrada y salida de la instalación (el proceso de salida es el mismo) y, en consecuencia, las personas se impacientan.
3.3 – Pago con tarjeta en el supermercado
Después de dejar todos los productos en la cinta, la cajera pasa el código de barras de cada uno de ellos por un sensor que funciona de manera parecida al que lee el código QR personal del gimnasio; esto sirve para reconocer cada producto y que aparezcan en pantalla con su respectivo precio, donde se va formando una lista con todos los productos que se van canjeando y lo que constituirá mi ticket de compra:
A veces sucede algún inconveniente, como que un producto no lleva el código de barras o que un código de barras no es reconocido por el sistema, señalando que el producto no existe. En estos casos, la cajera comprueba un número de identificación alternativo que funciona como código de reconocimiento, el cual tiene que apuntar en la pantalla. La tarjeta cliente y los cupones de descuento funcionan de la misma manera: tienen un código de barras particular y otro numérico por si el primero no puede ser canjeado (en el caso de la tarjeta, el código numérico es el número de DNI).
Para el pago, la cajera debe seleccionar en su pantalla la opción Pago con tarjeta. De manera automática, la interfaz del datáfono cambia su estilo predeterminado: primero, aparece una pregunta sobre si quiero hacer un donativo, en la cual debo apretar el botón con la cruz roja si quiero negarme, o el círculo verde si concedo que se me sume la cantidad indicada al total de mi compra para destinarla a la donación. Este proceso es bastante sencillo e intuitivo ya que, por lo general, el círculo y el color verde se asocian a la aprobación y a lo correcto, mientras que la cruz y el color rojo, al rechazo, error o negación:
Una vez dada la respuesta, aparece la indicación de proceder al pago. Entonces, puedo acercar la tarjeta al sensor que, como se puede ver en la imagen, se encuentra bien indicado con un icono representativo en la parte superior central del datáfono:
Como se indica en la interfaz, también se puede acercar el teléfono, insertar la tarjeta dentro del datáfono o pasarla por el lateral. Acercándola al sensor, normalmente no suele pedir el número pin; sin embargo, es posible que, si la compra supera un precio determinado, aparezca en la interfaz “Insertar número pin”. Tras escribir los cuatro dígitos con el mismo teclado del datáfono, se debe pulsar el botón verde para confirmar. Tras unos segundos, se aprueba el pago y, de manera automática, sale el ticket de compra.
3.4 – Tomar el ascensor
Como vivo en un séptimo piso, para subir a mi casa siempre tomo el ascensor. Al apretar el botón de la planta 0, este se enciende con una lucecita de color verde y permanece así hasta que el ascensor llega; otra vez, esto me hace sentir que mi orden ha sido recibida, comprendida y aprobada por el sistema y, por lo tanto, me confirma que el ascensor está bajando o que bajará en cuanto termine su última orden, en caso de que haya alguien dentro:
De hecho, en la parte superior de la puerta, en la pared, se puede ver en una pantalla cómo el número de pisos va cambiando en función de la planta en que se encuentra el ascensor; si en ese momento un vecino está dentro, se puede hacer un seguimiento para tener una idea de cuánto va a tardar en llegar, lo que es muy útil ya que, en mi caso, si tarda en bajar, puedo descansar los hombros dejando la compra en el suelo.
Cuando llega a la planta 0, debo esperar a que las puertas automáticas de su interior estén abiertas por completo ya que, hasta que no lo están, la puerta manual se encuentra bloqueada y, por mucho que estire, no voy a poder abrirla.
Una vez dentro del ascensor, selecciono en el panel el piso al que quiero ir. En esta ocasión, al pulsar el botón, este se enciende de color rojo y se vuelve a apagar, lo que, a diferencia del anterior, resulta incómodo: más de una vez he apretado el piso en el que ya estoy y no en el que quiero ir, y me quedo esperando a que se cierren las puertas. En estos casos, el sistema no comprende la petición y no hay respuesta, es decir, el ascensor no se mueve, y hay que volver a darle al botón. Si vas despistado o despistada y te equivocas de botón sin darte cuenta y te vas a otro piso, tampoco lo sabes. Por suerte, en el interior del ascensor hay otra pantalla como la de la planta 0 que indica en qué planta te encuentras:
Cuando llega al séptimo piso, se abren las puertas automáticas interiores para poder empujar la puerta manual que permite salir del ascensor.
Tipo | Estilo | Contexto | |
Hacer la reserva | Exploring | GUI | GUI |
Escanear el código QR | Manipulating | Gesture | NUI |
Pago con tarjeta | Manipulating | Touch + Gesture | NUI |
Tomar el ascensor | Manipulating | Touch | NUI |
Interfaz analógica de uso sencillo
Para esta opción he escogido un masajeador muscular y quema grasas que se compone de tres partes:
Como se puede observar, es una herramienta cómoda desde un inicio ya que funciona por corriente y, para usarla, sólo hay que escoger uno de los cabezales, encajarlo en la máquina, encajar el cabezal protector y, finalmente, girar la rueda en función de la fuerza con la que se desee que gire el aparato. La verdad es que funciona bastante bien y los resultados son bastante buenos.
Interfaz analógica de uso complejo
Aunque puede ser por falta de conocimiento o porque no tengo las instrucciones, en esta opción he escogido la lavadora que hay en el piso donde vivo, ya que para mí fue bastante difícil aprender a usarla sin liarme.
Para empezar, en la imagen he señalado lo que más confusión me genera: su uso comienza con la rueda de la derecha, donde hay que girar hacia «14/30/44Min.» para iniciar el ciclo, cuya opción se encuentra camuflada entre todas las demás, las cuales muchas personas pueden no darles uso.
Seguidamente, en la pantalla aparece el número 14; para poner la lavadora a 44 minutos, que es el tiempo que yo suelo ponerla, hay que tocar el tercer botón de abajo, el que tiene un icono de un temporizador con una camiseta al lado. Si le doy una vez, el número de la pantalla cambia a 30; si le doy dos veces, a 44. Pero a la izquierda de ese botón hay otro bastante parecido con el dibujo de un reloj, que supongo que sirve para concretar un tiempo concreto de lavado que no viene por defecto, pero en mi opinión, esta iconografía no deja del todo claro el mensaje.
Después, hay que darle al botón Start y cuando finaliza el lavado, hay que volver a girar la rueda del principio hasta el otro icono rodeado en rojo: el de centrifugar. También hay que volver a darle Start.
Finalmente, hay un icono de una llave señalando dos de los botones que sirven para controlar la temperatura del lavado y el número de vueltas que debe dar la ropa. La verdad es que estas opciones las utilizo en todos mis lavados sin problema, por lo que no sé qué significa esa llave.
© 2024 Alba Febrer Vera
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